martes, 9 de abril de 2013

136

Soy etérea, gaseosa, soy la imagen de tu corazón que aprisiona la imagen de otras amantes, soy Rocío, tuya en la poesía que crece dentro de cada pedacito escrito, ¿ y tú quieres saber como me va?, transmutada y migratoria en tu vuelo, hecha después de hablar, pegada a tu destino como un pedrusco, embutida y asomada a tus palabras para que me chupes, en tu transmundo de nostalgia lleno de moscas, de hombre que hunde sus manos en mi vida y se va, ajeno, como el viento que sobrevive colgado en el aire, y se pone a tirar con todas mis entrañas, eres ausencia transparente que no me sabe vivir, que huye con mi sexo disecado metido adentro, pobre arcángel aureolado de tiempos entresacados, hiela siempre en los caminos que llevan al beso que no me diste, mis labios fueron una casa tan grande para ti...¿  para que salgas de mi voz y te vayas ?, ¿ te condenas, así, al eterno "te amo" de sombra asombrada ?, ¿tú, que me hurtaste del olvido aquella flor azul para que se abra en tu mente ?, ahora mi interior en ti es un ala que nada el silencio, porque tú hiciste con la distancia un húmedo terreno, donde no se debe llorar, porque ningún extendido idioma recogió nunca uno solo de mis gemidos, veo al amor oxidarse como un arma abandonada, el adiós ha crecido, y cuando canto, mi ausencia lo acaricia, y descubre a un gorrión que resiste en el paraíso, él no quiere que tu última gota se seque, y la pone entre paréntesis, para que no escuches tatarear la sangre que ya no nutre mis raíces, aquí te vas, ahora, dejándome solo el ruido del teclado, envuelta en tu orquestal abandonadura, que me arrastra, pues vete lejos, márchate por la grieta que circula entre tu vida y la mía, y si escuchas a mi arbolito que canta, quizá sea porque sigue en la batalla con una luz rota en sus brazos, y esta carta sea, el alma donde el amor se encuentre con la mirada de dos pensamientos.